Al hablar de tiburones, no pasa inadvertida la idea que tenemos sobre el temible tiburón blanco, que actualmente habita los océanos; o bien, llegamos a pensar en el famoso y extinto Megalodon, el cuál reinó las aguas de todo el Mioceno. Sin embargo, la historia de los tiburones se remonta mucho tiempo atrás. Los fósiles más antiguos de tiburones datan del Silúrico, hace 420 millones de años. Uno de los tiburones más primitivos fue el Stethacanthus, que no se parecía en nada a los modernos. 

Los machos de esta especie tenían una protuberancia con forma de yunque sobre la cabeza, toda cubierta de “dientes”. El Stethacanthus vivió hace 360 millones de años, durante el Devónico y el Carbonífero. Si bien los tiburones modernos se caracterizan por estar casi en la cúspide de la cadena alimenticia en los océanos, lo cierto es que durante mucho tiempo no fue así. De hecho, durante el Devónico fueron perseguidos y depredados por peces más poderosos como el Dunkleosteus, que se piensa depredaban incluso a los de su propia especie.