Es capaz de aceptar datos procedentes de emisoras online, streaming de video y también de emitir lo que está reproduciendo o del escritorio del sistema tanto en una LAN como hacía Internet. Seguiremos llamándolo reproductor, aunque debe quedar claro que también es un emisor. A sus dos grandes ventajas históricas se le une uno de sus principales inconvenientes: la gestión de la biblioteca multimedia.

VLC no es el programa perfecto para gestionar una biblioteca de archivos de audio y de video. Las búsquedas son poco potentes, la ordenación de las pistas es escasa, no dispone de muchos campos que mostrar y carece de herramientas inteligentes que permitan ofrecer al usuario un surtido de material según unos criterios más elaborados.