Debido a que correr equivale a la última parte de la competencia de un triatlón, tu meta de entrenamiento es desarrollar resistencia muscular para que puedas terminar con energía después de estar agotada por nadar y rodar. Ya que sólo debes correr unos cuantos kilómetros el día de la carrera, tu entrenamiento debe enfocarse en potenciar tu máximo corporal de VO2, es decir, lo eficiente que es tu cuerpo en el aprovechamiento del oxígeno para que puedas completar las tres pruebas. Y la mejor manera de hacerlo es corriendo distancias más cortas a mayor intensidad. En otras palabras haciendo intervalos.
Empieza el primer mes con carreras de 20 minutos dos veces a la semana, incrementando el tiempo a la distancia en no más de 10% a la semana. ¿Te preocupa aflojar el ritmo? No lo harás. Gracias al cardio que harás rodando y nadando, 20 minutos es justo lo que necesitas para mantenerte en forma. Añadir intervalos de velocidad de dos minutos fortalecerá tus piernas y te ayudará a desarrollar la fuerza que necesitas para terminar con energía al día de la competencia. Antes de empezar calienta los músculos que utilizas para correr con los tres movimiento de ejercicios pilométricos.